La Queratosis actínica. El pre-cáncer de piel más frecuente.

La Queratosis actínica o más conocida como manchas solares es una lesión degenerativa y proliferante de las células de la epidermis que presentan pequeñas elevaciones y aspereza de la piel. Las lesiones son de color rojizo o marronáceo, costrosas y similares a verrugas con inflamación perilesional.  A veces remiten y vuelven a aparecer dando una sensibilidad dolorosa o de ardor. La Queratosis actínica puede ser una precursora del cáncer de piel como el carcinoma de células escamosas.

La Queratosis actínica está provocada por la exposición continuada a la luz solar, aunque existen otros factores que favorecen su aparición. Estos factores son la susceptibilidad genética, la piel clara, personas con cabello rubio o caucásicas, personas de ojos verdes o azules, los medicamentos inmunodepresores, el trasplante de algún órgano, las quemaduras solares graves en edades tempranas. Así como personas con edades superiores a 50 años. Es una patología que afecta más a hombres que mujeres y aparecen en la cara, áreas alopécicas del cuero cabelludo, hombros, manos, etc.

La prevalencia de la queratosis actínica ha aumentado en los últimos 10 años, respecto a otras dermatosis y se prevé un aumento de esta en el futuro.

El 10% de las Queratosis actínicas malignizan a un carcinoma de células escamosas o espinocelulares y aproximadamente el 50% de los carcinomas de células escamosas con una Queratosis actínica no tratada. Cuanto mayor sea la Queratosis actínica mayor es la probabilidad de que una o varias se conviertan en un cáncer de piel.

Actualmente, para algunos expertos, la Queratosis actínica se está clasificando como un auténtico carcinoma escamoso cutáneo in situ al compartir características morfológicas y cambios citogenéticos. No lo consideran un precursor del carcinoma de células escamosas sino un estadio inicial del mismo. El diagnóstico es clínico, aunque en casos confusos es recomendable una biopsia cutánea. La descamación y la palpación de la hiperqueratosis ayuda al diagnóstico así como la presencia de arrugas, piel atrófica o alteraciones pigmentarias.

 

Las Queratosis actínicas deben tratarse lo más precozmente posible para evitar su evolución.

Dichos tratamientos se dividen en tratamientos de lesiones aisladas y tratamientos del campo de cancerización. Se usan combinados en Queratosis actínica crónica y no son excluyentes entres sí aunque su elección terapéutica, dependerá de las características del paciente, número y localización de lesiones, así como de los tratamientos previos recibidos. Los más comunes son:

  • Cremas tópicas mientras la lesión no degenere como por ejemplo el 5-Fluorouracilo al 0’5% más ácido salicílico al 10% o el imiquimod.
  • Electrocirugía bajo anestesia local.
  • Fototerapia, recomendada en lesiones múltiples no hiperqueratósicas. Consiste en la aplicación de un fotosensibilizante tópico ocluido durante 2 o 3 horas y la iluminación posterior de la zona con una fuente de luz apropiada.
  • Peeling químico.
  • Crioterapia; aplicación de nitrógeno líquido sobre la lesión para provocar necrosis y eliminación de la lesión. Recomendada en lesiones aisladas.
  • Curetaje: eliminación de la Queratosis actínica mediante bisturí.

Los consejos en pacientes con antecedentes de Queratosis actínica son los siguientes:

  1. Revisión de las manchas cutáneas. La aparición de signos como el cambio de color, forma o tamaño de una mancha podría reflejar la aparición de un cáncer de piel. Es recomendable visitar al dermatólogo en estos casos.
  2. Reducir la exposición al sol sobre todo entre las 11h a las 16 h. y utilizar gafas al sol, sombreros y ropa adecuada. Aunque el día esté nublado no se puede menospreciar la acción de los rayos ultravioletas.
  3. Usar protección solar treinta minutos antes de la exposición solar y un factor de protección más alto cuanto más clara sea la tonalidad de la piel. La exposición al sol es más intensa a principios de verano y el riesgo de quemaduras es superior a mayores altitudes.

 

La Queratosis actínica. El pre-cáncer de piel más frecuente.

 

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